La depresión es un problema de salud pública global que ocupa el 4º lugar en cuanto a las causas principales de discapacidad laboral, y va en aumento. Por esta razón, la venta de medicamentos antidepresivos se incrementa anualmente. Concretamente, en España, su uso se ha triplicado en estos últimos 13 años.
Existe cierta controversia sobre el uso de antidepresivos en el tratamiento crónico y recurrente de la depresión leve a moderada, ya que el tratamiento tiene que ser tomado de forma continua durante un largo tiempo, lo que puede dar lugar a efectos secundarios significativos en una parte de los usuarios. En consecuencia, se están buscando soluciones fitoterapeúticas eficaces y con alto perfil de seguridad. Es aquí donde el azafrán se abre camino como planta medicinal, más allá de su uso culinario.
El azafrán es una especia obtenida de los estigmas secos de la parte femenina de la flor de Crocus sativus Biv. ex Steud), de la familia Iridaceae. ¿Sabíais que se necesitan entre 150.000 y 220.000 flores para producir 1 kilogramo de azafrán? Por esto, y porque la separación de los estigmas se hace manualmente, el azafrán tiene un precio elevado.
El color rojo intenso, su sabor amargo y su aroma se deben a los compuestos químicos que presenta: la crocina y crocetina son responsables del color, la picrocrocina es responsable del sabor y el safranal es responsable del aroma.
Dos de estos principios activos, la crocina y el safranal, tienen además un importante papel en medicina, en concreto como ayuda a mantener una actitud positiva, estimulando el buen humor. Ya en la Medicina Tradicional Persa se utilizaba esta especia para la depresión. Se ha evidenciado en ensayos clínicos que el azafrán puede ser una alternativa eficaz a los antidepresivos convencionales (imipramina y fluoxetina –Prozac), con un perfil de seguridad mayor (no provoca sequedad bucal ni disfunción sexual). Además, ayuda a reducir el síndrome de retirada de fármacos antidepresivos.
De acuerdo con las investigaciones realizadas, el azafrán actúa aumentando la disponibilidad de serotonina, noradrenalina y dopamina. Además, tiene potencial antiinflamatorio y antioxidante, lo que amplía su potencial terapéutico a diversos desordenes del sistema nervioso.
Existen en el mercado distintos complementos alimenticios a base de extractos de azafrán, solos o combinados con otros nutrientes. Debemos elegir los de mayor calidad, seguridad y, por tanto, mayor eficacia. Los extractos deben ser de una planta de calidad, deben estar estandarizados en los principios activos y ser elaborados cuidadosamente, conservando la estabilidad del producto, ya que el safranal y la crocina son sensibles a las altas temperaturas. Los extractos de azafrán pueden combinarse con cúrcuma, vitaminas B y D, y zinc, que actúan de forma sinérgica para contribuir al mantenimiento de un buen equilibrio emocional. Si quiere incluir en su dieta un complemento de extracto de azafrán de calidad, consulte con su profesional de la salud.