La Ashwagandha (Whitania somnifera (L.) Dunal), también conocida como Cereza de Invierno por su fruto rojo brillante, es un arbusto leñoso originario de la India. Su nombre procede de la lengua sánscrita (“Ashva”= caballo, “gandha”=olor) y significa “aroma de caballo”, debido al olor que desprende su raíz. En la Medicina Ayurvédica es conocida como Ginseng indio, y desde hace 3000 años han utilizado sus raíces y hojas como apoyo durante situaciones de estrés agudo.
El estrés, la fatiga y la ansiedad son de las afecciones más comunes en la sociedad actual. A corto plazo, son fenómenos fácilmente manejables, sin embargo, pueden convertirse en incontrolables ocasionando graves problemas de salud. Si sufres de estos trastornos, la Ashwagandha es tu planta.
Los extractos a base de raíces y hojas de Ashwagandha son capaces de ayudar a que nuestro cuerpo tolere y module las situaciones de estrés y ansiedad. Aumenta nuestra resistencia física y mental sin efectos secundarios estimulantes. La Ashwagandha también contribuye a aumentar las defensas contra enfermedades, revitalizando nuestro cuerpo en condiciones de debilidad.
Los responsables de estos efectos son los glucowithanólidos (whitanólido A y B, y whitaferina A), compuestos bioactivos que van a estimular la producción en el cerebro de Ácido γ-aminobutírico (GABA), un inhibidor de la actividad cerebral que produce un efecto relajante en el organismo.
Son varios los estudios científicos que han observado su potencial como ayuda en el control del estrés y la ansiedad, y mejoras en la memoria y atención. Pero también se está estudiando su potencial antiinflamatorio, antibiótico, antioxidante, de refuerzo del sistema inmune y mejora del comportamiento sexual.