Cuscuta, es un género perteneciente a la familia de las Convolvuláceas que incluye unas 170 especies ampliamente distribuidas en zonas templadas y subtropicales del mundo, muchas de las cuales son tradicionalmente utilizadas como medicinales.
Son plantas parásitas (crecen sobre otras plantas), generalmente de color amarillo, anaranjado o rojo, con finos tallos casi sin hojas. Al carecer de clorofila, son incapaces de fotosintetizar efectivamente, por lo que para su nutrición son completamente dependientes de las plantas parasitadas. El color de sus flores varía de blanco, a rosado, y a amarillo crema. Muchas de ellas florecen a principios de verano.
En el género Cuscuta se ha descrito la presencia de flavonoides, alcaloides, lignanos, polisacáridos, esteroles, aceites y heterósidos de resina. La variabilidad química se explica porque su composición dependendo del huésped sobre el que se aloja. Por ejemplo, la mayoría de alcaloides identificados en estas plantas son los mismos que los que se encuentran en sus huéspedes.
Cuscuta reflexa. Foto:
Cuscuta europaea. Foto:
Cuscuta epithymum. Foto: B. Vanaclocha
En los estudios farmacológicos con especies de Cuscuta se han mostrado actividades muy diversas: antibacteriana, antioxidante, antiostioporótica, hepatoprotectora, antiinflamatorioa, antitumoral, antipirética, antihipertensiva, analgésica y antistrogénica. A pesar de que algunos de estos efectos resultan prometedores, hasta ahora solo unas pocas de las especies se han investigado a fondo, especialmente C. reflexa y C. chinensis. En el resto, de los estudios se limitan a modelos experimentales in vitro e in vivo.