La berberina es un alcaloide de isoquinoleínico pentacíclico presente en la raíz de diferentes especies como Berberis vulgaris, Argemone mexicana, Coptis chinensis, Eschscholzia californica, Hydrastis canadensis, Mahonia aquifolium, Tinospora cordifolia, Xanthorhiza simplicissima y Phellodendron amurense.
La berberina ha mostrado su eficacia en el tratamiento del síndrome metabólico (hiperlipemia, hiperglucemia y sobrepeso). Por su potente efecto inhibidor de enzimas como la acetilcolinesterasa y su capacidad para revertir los cambios patológicos inducidos por el péptido β-amiloide, se ha propuesto su potencial terapéutico en enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer.
Resulta difícil de explicar los efectos de la berberina ya que, aunque es un alcaloide catiónico, es escasamente hidrosoluble, lo que implica una reducida absorción intestinal (en modelos animales se ha observado que la biodisponibilidad de la berberina es muy inferior al 1%, ya que parte de la berberina absorbida por el intestino es vuelta a excretar a la luz intestinal a través de la acción de la glicoproteína P).
Si bien muchos de los efectos de la berberina se explican a través de mecanismos de señalización de enzimas / receptores y células, existe una creciente evidencia de que estos efectos se deben a una interrelacion entre la berberina y la microbiota intestinal, de forma similar a los probióticos y la fibra dietética.
En condiciones normales, la microbiota intestinal promueve la salud, en parte a través del aumento de la producción de ácidos grasos de cadena corta, que se asocia con una reducción en los niveles de infección e inflamación tanto en el intestino como en la circulación, con implicaciones en la mejora del metabolismo de los lípidos y de la sensibilidad a la insulina. Sin embargo, en condiciones patológicas, la composición de microbiota intestinal favorece la proliferación de bacterias patógenas y la inflamación intestinal resultante con una barrera intestinal comprometida permite un alto nivel sistémico de lipopolisacáridos. El metabolismo lipídico alterado y la sensibilidad a la insulina están asociados con tales cambios que conducen al desarrollo de enfermedades asociadas a hiperlipidemia, diabetes, enfermedades neurodegenerativas y disfunción orgánica asociada con inflamación y estrés oxidativo (por ejemplo, disfunciones hepáticas, renales y pulmonares).
>> Acceder a la monografía de agracejo (Berberis vulgaris)
>> Monografía de amapola de California (Eschscholzia californica)