El llamado bálsamo de Jerusalem fue formulado en 1719 por Antonio Menzani di Cuna, farmacéutico del Monasterio de St. Savoir, en la antigua ciudad de Jerusalem. Este bálsamo, extracto etanólico de una mezcla de plantas, era considerado como una especie de panacea y se utilizaba tanto por vía oral como por vía tópica. Bajo la denominación del bálsamo de Jerusalem de Menzani se agrupan 4 fórmulas diferentes. La formulación original contenía 4 ingredientes: incienso (resina obtenida de espeices de Boswellia), mirra (oleoresina obtenida de Commiphora momol), lentisco (resina obtenida de Pistacia lentiscus) y áloe (zumo obtenido de Aloe succotrina) Todavía hoy podemos encontrar variedades de esta formula en farmacopeas actuales, como la Farmacopea Británica de 1998, o la 33ª edición del Martindale de 2002.
Un grupo de investigadores, de diferentes instituciones de Israel, ha reproducido la fórmula de cuatro ingredientes, sustituyendo el Aloe succotrina por el Aloe vera. De esta fórmula han valoraron in vivo, la actividad sobre la curación de heridas y la actividad antiinflamatoria tópica, e in vitro, la actividad antibacteriana y antioxidante. Los autores demostraron que la acción farmacológica de esta mezcla está relacionada con una potente actividad antiinflamatoria, antiséptica y antioxidante.
Referencia: Moussaieff A, Fride E, Amar Z, Lev e, Steinberg D, Gallily R, Mechoulam R. The Jerusalem Balsam: from the Franciscan Monastery in the old city of Jerusalem to Martindale 33. J. Ethnopharmacol. 101 (1-3): 16-26.