La comunidad científica considera que los estrógenos, solos o asociados con gestágenos, son la primera opción para el tratamiento de los síntomas asociados al climaterio femenino. Sin embargo las mujeres son reticentes a iniciar o a seguir los tratamientos de terapia hormonal sustitutiva, siendo muy bajo el índice de cumplimiento de esos tratamientos. Esta circunstancia se ha agravado por la publicación de dos importantes estudios que han tenido una gran repercusión en los medios informativos: el Women's Health Iniciative Trial y el Millon Woman Study, que alertan sobre la posible aparición de importantes efectos adversos en los tratamientos a largo plazo con la terapia hormonal sustitutiva. La constatación de esta laguna terapéutica ha propiciado la búsqueda de nuevos medicamentos para aliviar estos síntomas. Dado que los fitoestrógenos tienen una gran aceptación por su consideración de productos naturales, con un nivel de efectos secundarios muy bajo, ha favorecido el hecho que en los últimos años asistamos a un espectacular aumento en su uso, caracterizado además por una gran adherencia al tratamiento por parte de las mujeres. La constatación de que los resultados publicados en la literatura científica son a veces contradictorios y que una buena parte de las conclusiones proceden de estudios observacionales, motivó que la Asociación Española Para el Estudio de la Menopausia (AEEM), impulsara la creación de una guía clínica sobre el uso de los fitoestrógenos en la menopausia, en la que se resumieran las evidencias sobre su seguridad y eficacia. Para ello creó una comisión multidisciplinar de expertos formada por: Estanislao Beltrán (Departamento de Ginecología, Facultad de Medicina, Universidad de Granada), Mª Jesús Cancelo (Servicio de Ginecología y Obstetricia, Hospital Universitario de Guadalajara), Salvador Cañigueral (Unidad de Farmacología y Farmacognosia, Facultad de Farmacia, Universidad de Barcelona), Sergio Martínez (Institut Clínic de Ginecologia, Hospital Clínic de Barcelona), Concepción Navarro (Departamento de Farmacología, Facultad de Farmacia, Universidad de Granada), José Luis Neyro (Departamento de Ginecología, Hospital de Cruces,Baracaldo) y Francisco Quereda, Departamento de Ginecología, Universidad Miguel Hernández, Alicante). El libro se organiza en 13 capítulos, que incluyen aspectos básicos, como el concepto de fitoestrogenos y su mecanismo de acción, y, principalmente, aspectos clínicos relacionados con su posible utilización: sintomatología climatérica, metabolismo óseo, cáncer, dermatología y atrofia vaginal, seguridad y tolerancia, posibles asociaciones, y alternativas en pacientes no respondedores a fitoestrógenos. Incluye también un capítulo sobre fitoestrógenos en la consulta ginecológica y otro sobre las otras posibilidades fitoterápicas de interés en Ginecología. El libro está escrito de forma concisa e incluye numerosos esquemas, lo cual facilita su lectura. Cada capítulo ofrece, además, unas conclusiones sobre el tema que aborda. En el último capítulo, figuran tres anexos con las referencias bibliográficas, el índice analítico y el listado de preparados comercializados. Se trata de un libro que cumple con sus objetivos: servir guía de uso o protocolo de actuación en la práctica clínica diaria del ginecólogo, con el fin de facilitar el uso de estos productos fitoterápicos.